En primer lugar quiero expresar mi satisfacción y mi orgullo por estar compartiendo esta mesa y este acto de presentación. Pero como rumana y como universitaria, como lectora y profesora visitante en la Universidad de Granada para mi también es una grande responsabilidad y un gran reto poner en marcha la vida de este lectorado. Pero no solo la responsabilidad, sino mi sueño de poder contribuir con mi pequeña aportación a la divulgación de la cultura rumana en Andalucía. Nada de esto sería posible sino fuera en primer lugar por la voluntad de la Universidad de Granada de llevar adelante este proyecto.
Quiero agradecer especialmente a nuestro señor rector, por su apoyo constante a este proyecto y su visión de la universidad como motor de la multiculturalidad y plurilingüismo.
A la Vicerrectora de relaciones internacionales, por su esfuerzo personal y la participación para hacer realidad la presencia de un lector rumano en la Universidad de Granada. Mis agradecimientos a todos los vicerrectores, decanos, la jefa del departamento de filología románica, todos mis compañeros por su acogida y respaldo durante estos dos meses de trabajo.
A mis compañeros, Enrique Nogueras, y Paloma Gracia. Ellos, como apasionados del rumano, querían que mi lengua completara las lenguas románicas que se enseñan en la Facultad de Filosofía y Letras: solo faltaba el rumano. Asi que Enrique, Paloma, va multumesc din suflet.
Especialmente quiero agradecerle a Eva Muñoz, decana de la Facultad de Traducción e Interpretación por su entusiasmo. Cada propuesta mía, aunque inicialmente pareciera irrealizable su fervor la ha hecho posible.
Pero voy a decirles una cosa que seguro que me van a entender: miren, si no fuera por mi secretaria Araceli, que hubiera sido de mi. Ella me hace la vida fácil.
Muchas veces los profesores ensimismados en nuestra investigación, o en nuestros proyectos académicos, nos olvidamos que nos debemos a nuestros alumnos, comunicarnos con ellos, no perder la referencia de que ellos son el eje central de la Universidad. Les agradezco a mis alumnos por querer aprender rumano y por hacerlo con dedicación. Después de dos meses de funcionamiento el lectorado ya tiene 60 alumnos.
Y agradecimiento también a mi país, a la autoridades diplomáticas rumanas en España, nuestra embajada y el Consulado General de Sevilla que hoy también nos acompañan en este acto. Al Instituto Cultural Rumano de Madrid, gracias directora Ioana Anghel por hacer el esfuerzo de estar hoy con nosotros, al Instituto de la Lengua Rumana de Bucarest, representado aquí por su directora, Corina Chertes y su consejera Marcela Mateescu.
Y gracias a nuestra alumna, Eliza Ratiu, por su excelente interpretación.
Y finalmente mi agradecimiento a esta tierra, a esta ciudad encantadora. Sus gentes, la poesía de sus calles, sus aromas me atrapan de tal forma que hace que corra por mis venas en poco tiempo, un sentimiento nacido en las entrañas y que me hace sentir “granaina”.
Quiero agradecer especialmente a nuestro señor rector, por su apoyo constante a este proyecto y su visión de la universidad como motor de la multiculturalidad y plurilingüismo.
A la Vicerrectora de relaciones internacionales, por su esfuerzo personal y la participación para hacer realidad la presencia de un lector rumano en la Universidad de Granada. Mis agradecimientos a todos los vicerrectores, decanos, la jefa del departamento de filología románica, todos mis compañeros por su acogida y respaldo durante estos dos meses de trabajo.
A mis compañeros, Enrique Nogueras, y Paloma Gracia. Ellos, como apasionados del rumano, querían que mi lengua completara las lenguas románicas que se enseñan en la Facultad de Filosofía y Letras: solo faltaba el rumano. Asi que Enrique, Paloma, va multumesc din suflet.
Especialmente quiero agradecerle a Eva Muñoz, decana de la Facultad de Traducción e Interpretación por su entusiasmo. Cada propuesta mía, aunque inicialmente pareciera irrealizable su fervor la ha hecho posible.
Pero voy a decirles una cosa que seguro que me van a entender: miren, si no fuera por mi secretaria Araceli, que hubiera sido de mi. Ella me hace la vida fácil.
Muchas veces los profesores ensimismados en nuestra investigación, o en nuestros proyectos académicos, nos olvidamos que nos debemos a nuestros alumnos, comunicarnos con ellos, no perder la referencia de que ellos son el eje central de la Universidad. Les agradezco a mis alumnos por querer aprender rumano y por hacerlo con dedicación. Después de dos meses de funcionamiento el lectorado ya tiene 60 alumnos.
Y agradecimiento también a mi país, a la autoridades diplomáticas rumanas en España, nuestra embajada y el Consulado General de Sevilla que hoy también nos acompañan en este acto. Al Instituto Cultural Rumano de Madrid, gracias directora Ioana Anghel por hacer el esfuerzo de estar hoy con nosotros, al Instituto de la Lengua Rumana de Bucarest, representado aquí por su directora, Corina Chertes y su consejera Marcela Mateescu.
Y gracias a nuestra alumna, Eliza Ratiu, por su excelente interpretación.
Y finalmente mi agradecimiento a esta tierra, a esta ciudad encantadora. Sus gentes, la poesía de sus calles, sus aromas me atrapan de tal forma que hace que corra por mis venas en poco tiempo, un sentimiento nacido en las entrañas y que me hace sentir “granaina”.
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